En el corazón de la provincia de Mendoza, escondido al pie de la imponente Cordillera de los Andes, se encuentra un lugar que parece suspendido en el tiempo: el Manzano Histórico. Más que un paisaje de ensueño, este rincón recóndito es un testigo silencioso de una de las hazañas más grandes de nuestra historia, enmarcado por una belleza natural que invita a la desconexión total.
La leyenda popular cuenta que fue aquí, bajo la sombra de un antiguo manzano, donde el General José de San Martín descansó y se reencontró con su hija, Mercedes Tomasa, después de su épico Cruce de los Andes. Tras la campaña que liberó a Chile, San Martín regresó por el Paso del Portillo y, al llegar a estas tierras, habría encontrado un momento de paz en este valle andino. Aunque los historiadores debaten la exactitud de este relato, la tradición oral lo ha inmortalizado, convirtiendo al Manzano Histórico en un verdadero santuario cívico. Hoy, un imponente monumento al pie de la montaña rinde homenaje a San Martín y a su gesta, invitando a los visitantes a reflexionar sobre el sacrificio y la valentía de aquel ejército libertador.
Visitar el Manzano Histórico es una experiencia que va más allá de la historia. El clima de montaña crea un ambiente fresco y puro, ideal para el descanso. Durante el verano, los días soleados permiten disfrutar de los senderos y los arroyos que bajan de la cordillera, mientras que las noches frescas son perfectas para contemplar un cielo estrellado como pocas veces se ve. En invierno, el paisaje se transforma; la nieve tiñe de blanco los picos y los valles, creando un escenario de postal que invita a la aventura y al asombro.
La atmósfera del lugar es de una tranquilidad absoluta. Lejos del bullicio de la ciudad, los únicos sonidos que se escuchan son el murmullo de los arroyos de deshielo, el canto de las aves y el suave soplo del viento entre los árboles. El aire huele a naturaleza, a tierra húmeda y a pino, una fragancia que recarga el espíritu. El Manzano Histórico no es solo un destino, es un sentimiento. Un lugar que nos recuerda que las grandes hazañas se forjaron en entornos hostiles, pero que también se encuentran en los rincones más pacíficos y bellos de nuestra tierra.
En Almacén de Tradiciones, valoramos estos lugares que nos conectan con nuestras raíces y nos recuerdan la riqueza de nuestro patrimonio cultural y natural. El Manzano Histórico no es solo un punto en el mapa, sino un símbolo de nuestra identidad, que nos recuerda el legado de quienes forjaron nuestra nación y la belleza de los paisajes que los rodearon.
